domingo, mayo 15, 2011

No podemos encerrar a Dios en una cajita

Mateo 22: 34-39 Cuenta el diáogo de Jesus con una autoridad religiosa de aquellos tiempos. El estudioso de la Ley trató de ponerlo a prueba con una pregunta: "Maestro, cuál es el mandamiento más importante?" Imaginate. Si decía, por ejemplo, "No matarás" esto implicaba que el "No desearás la mujer de tu prójimo" era menos grave o importante. O que Dios podría hacer la vista gorda según el grado de infracción... Pero Jesús le respondiò: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento, el primero. Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo".

Como el religioso del relato, tendemos a formar estructuras a nuestro alrededor, aferrándonos a ellas, en busca de seguridad. Las estructuras no son malas. Te permiten organizarte y alcanzar un orden en la vida, pero tiene un costado negativo: Pueden volverse una cárcel, haciéndo que pierdas la esencia de vivir en libertad. Y, secretamente, puede esconder el virus de la hipocresía. Somos tan propensos, que ni Dios escapa de nuestra tendencia. A Dios lo solemos poner...


# En el Templo: "Dios vos quedate en la iglesia, en el altar. No hables ni te muevas!". Le pongo dìa, horario y lugar, no vaya a ser cosa que se quiera meter en mi matrimonio, en como crìo a mis hijos, en que deje tal o cual vicio, en como me manejo en el trabajo... "No vaya a ser cosa que estès vivo y quieras hablar conmigo! HAY COSAS QUE NO QUIERO ESCUCHAR”


# Debajo de la Alfombra: "Dios no existe. Dònde està? No ves que no està? Y si no, por qué me pasa todo esto?" Negamos a Dios, como negamos muchas otras cosas. Todo aquello que no queremos asumir. Porque no queremos cambiar. Y tampoco podemos ver nuestra propia resposabilidad en las cosas que nos suceden.




# Dentro de la billetera: Reducimos a Dios a una estampita. Para tenerlo a mano, para cuando la circunstancia lo amerite. Reconocemos que hay un Dios, porque muchas veces ha respondido a nuestras oraciones, pero es màs como un matafuegos, con el cartel "ûsese en caso de incendio".Nos movemos por impulsos, por egoismos, no por convicciones. Se hace muy dificil conquistar sueños cuando uno vive ocupado en "apagar incendios".


Alguna ves te preguntaste dònde quiere estar Dios?

Dentro de tu corazón. Renovando tu mente. Guiando tus actos. Las 24 horas. Los 365 dias del año.Solo así lo podrás conocer como Padre, Amigo, el Dios de los imposibles, tu Sanador, tu Consejero, en definitiva, tu Salvador. No seas como religioso, al que solo le importan las apariencias. Vacías apariencias.


Ahora que conocés la Buena Noticia, qué vas a hacer?



Dejáte de monerías... Soltate de las viejas estructuras!
 Carla Scarcello

No hay comentarios.:

Entradas Anteriores + Vistas